Estos principios tienen en cada gobierno y en cada constitución un desarrollo propio, característico de la propia sociedad que lo legitima. Pero esto no quiere decir que cada equipo de gobierno o cada periodo constituyente pueda interpretar estos principios como les dé la gana. Antes decíamos que los derechos humanos no eran intereses negociables, ahora afirmamos que no son ni interpretaciones subjetivas ni partidistas.

Un país puede tolerar la libertad de expresión incluso si esta es usada para cuestionar sus principios fundamentales -el caso de EEUU- o un país puede acotar esa libertad de expresión para proteger otros derechos, como la dignidad de las víctimas del Holocausto -el caso de Alemania- Lo que une a estos dos ejemplos, es que procuran hacer inteligibles los principios básicos de los que hablamos. Puede que una formulación sea más perfecta que la otra, pero los dos responden a un interpretación de buena fe.

[ Por matizar a Dworkin, no creo que la buena fe ni la inteligibilidad de las interpreataciones sean los mejores criterios de evaluación de gobiernos y constituciones con respecto a los derechos humanos. Como él sabe, estas interpretaciones no se siguen de forma lógica de los derechos básicos, sino que responden a circunstancias concretas, pero no por ello tenemos que abandonar la búsqueda de una evaluación más analítica.

Podríamos considerar que los principios básicos de la dignidad del hombre son un núcleo a desarrollar según las necesidades del contexto. Que este desarrollo es técnico en gran medida y por tanto tiene un espacio de soluciones plural, en el que caben distintas respuestas para los mismos problemas -podemos diseñar diferentes motores para un mismo modelo de coche y ninguno tiene porque ser el mejor, sino que pueden responder a prioridades diferentes, como el consumo o la potencia- Y que la evaluación estará en cuantos casos concretos en la relación persona-estado pueden considerarse como una violación de la integridad moral de las primeras. Da igual que un modelo potencie una perspectiva u otra, que se base en una cultura u otra, que actúe positivamente contra unas discriminaciones u otras, con tal de que al final tienda a aminorar los casos de violaciones de los derechos humanos que se cometen bajo su órbita de actuación.]